Este encantador apartamento, construido en 1920, se reformó para alquilar y se encuentra en el pintoresco barrio de Gràcia.

Cuando empecé la reforma nos llevamos una gran sorpresa pues descubrimos que los techos originales, que habían sido ocultados en 1980, eran una preciosidad. Se puso toda la intención en poder devolverle su auténtica esencia, restaurando las elegantes molduras y exponiendo las antiguas bovedillas.

El resultado es una combinación perfecta entre el encanto clásico y las comodidades modernas.